Día: 8 agosto, 2023

¿Cómo se diagnostica la enfermedad renal crónica?

Estas son algunas pruebas que se realizan para confirmar un diagnóstico.

Historia clínica y examen físico: Síntomas presentes, antecedentes médicos, historial familiar y factores de riesgo. El examen físico busca signos de enfermedad renal.

Análisis de orina: Para detectar la presencia de proteínas, glóbulos rojos, glóbulos blancos y otros componentes anormales que puedan indicar daño renal.

Análisis de sangre: La creatinina y la urea, para evaluar la función renal y medir los niveles de productos de desecho en la sangre. También se pueden medir los electrolitos, entre otros

Filtrado glomerular estimado (FGE): Es una prueba que estima la tasa de filtración de los riñones y proporciona una medida de la función renal.

Ecografía renal: Puede ayudar a detectar obstrucciones, cálculos renales o cambios en el tamaño y la forma de los riñones.

Biopsia renal: Implica tomar una pequeña muestra de tejido renal para su análisis en el laboratorio. Se realiza para obtener información más detallada sobre el tipo y la gravedad de la enfermedad renal.

Estudios de imagen adicionales: En algunos casos, se pueden utilizar otras pruebas de imagen, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM).

Factores de riesgo para desarrollar enfermedad renal

Estos factores pueden hacer que haya más posibilidades de presentar ERC. Por eso debes vigilar tu función renal con regularidad.

Diabetes: La diabetes tipo 1 y tipo 2 son una de las principales causas de enfermedad renal crónica. Daña los pequeños vasos sanguíneos de los riñones con el tiempo.

Hipertensión arterial (presión arterial alta): La presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos en los riñones, afectando su función y causando enfermedad renal.

Enfermedades cardiovasculares: Las enfermedades del corazón, como la enfermedad coronaria, pueden afectar la circulación sanguínea hacia los riñones y provocar daño renal.

Obesidad: El exceso de peso puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes y presión arterial alta, lo que, a su vez, puede dañar los riñones.

Historial familiar: Tener antecedentes familiares de enfermedad renal puede aumentar el riesgo de padecerla.

Enfermedades autoinmunitarias: Condiciones como el lupus y la enfermedad renal poliquística pueden causar daño renal.

Infecciones urinarias recurrentes: Las infecciones urinarias frecuentes y no tratadas pueden llevar a daño renal.

Consumo excesivo de medicamentos: El uso prolongado de analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos, puede dañar los riñones.